Este año 2020 se cumple el primer centenario del fallecimiento de Eugenia de Portocarrero Palafox y Kirkpatrick, más conocida por el gran público como Eugenia de Montijo (1826-1920). Este aniversario se revela como una ocasión idónea para revisar la figura histórica de la que fue última soberana de los franceses, considerada por el historiador Félix de Llanos como "la más saliente española que conoció el siglo XIX”.
Nacida en Granada en 1826, a lo largo de sus casi 100 años de vida la emperatriz Eugenia fue testigo -y en no pocas ocasiones también protagonista- de relevantes acontecimientos que marcaron la historia europea. Basta con pensar que, cuando Eugenia nació, la Europa resultante del Congreso de Viena se encontraba en pleno apogeo, mientras que su muerte se produjo poco después de finalizar la tan traumática Primera Guerra Mundial.
El matrimonio de Eugenia con Napoleón III en 1853 hizo de ella una de las principales, si no la principal, figura del Segundo Imperio francés. Pronto se convirtió en un icono en campos como la moda -donde marcó tendencia en todo el continente europeo- y la decoración -debiéndose a ella la recuperación y puesta en valor del estilo Luis XVI, olvidado tras la Revolución Francesa-, pero su influencia también se hizo notar en los asuntos internos de Francia -ejerció hasta en tres ocasiones la regencia- y en la política exterior seguida por su marido -el apoyo del Segundo Imperio francés a la candidatura del archiduque  Maximiliano al trono mexicano es buena prueba de ello.
La traumática caída de Napoleón III en el marco de la invasión prusiana y la consiguiente proclamación de la Tercera República francesa hicieron que el Segundo Imperio sufriera una campaña de descalificación que hizo que pronto cayera en el mayor de los descréditos, cuando no directamente en el más profundo olvido. Fruto de esta actitud de las nuevas autoridades republicanas, la imagen de Eugenia se asoció rápidamente a la frivolidad y la excentricidad, un juicio que aún hoy permanece vigente en no pocos aspectos.
De la mano de expertos en diferentes ámbitos de la Historia procedentes de España, Francia, Reino Unido y Canadá se hará un recorrido por los principales hitos de la trayectoria vital de Eugenia a través de ponencias magistrales. Algunos de los diferentes temas que se tratarán en las mesas temáticas de las que se compondrá el Congreso Internacional serán desde su infancia rodeada de los intelectuales y literatos que concurrían al salón de la Condesa de Montijo -tales como Stendhal o Próspero Mérimée-; las labores asistenciales que patrocinó y el papel que desempeñó dentro de la política exterior francesa durante los años que su esposo ocupó el trono; el importante impulso que dio a la moda y las artes; la estrecha relación que nunca dejó de tener con España -precisamente fue en el madrileño palacio de Liria, propiedad de sus sobrinos, donde falleció en 1920-; o qué ha llegado hasta nuestros días de Eugenia y en qué forma lo ha hecho.
En definitiva, el Congreso La emperatriz Eugenia de Montijo: 100 años de la muerte de una española universal aspira a ofrecer, desde el máximo rigor científico, una imagen renovada de la que fuera última soberana de los franceses y con ello poner fin a la imagen distorsionada que tanto sus detractores como sus partidarios crearon en torno a ella prácticamente desde que contrajera matrimonio con Napoleón III.

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