VNICUS
ET MULTIPLEX, así se ha querido titular este libro tomando para ello la
frase de fray Luis de Granada, el primer biógrafo de Juan de Ávila. Único y múltiple,
así decimos por el carácter de singularidad extraordinaria de su
persona y por la diversidad de aspectos en los que desplegó su obra,
generando con ello influencias verdaderamente destacables.
Con el
objeto de abordar esta multitud de aspectos en los que el maestro Juan
de Ávila dejó su impronta en el siglo XVI y en las centurias
posteriores, un grupo de 24 especialistas han aportado sus respectivos
estudios (sumando un total de 25) con los que se compone una obra
colectiva que pretende abrir nuevos campos y enfoques para la
indagación. Presentados todos estos trabajos en un encuentro celebrado
en la ciudad de Baeza, donde fueron sometidos a la discusión, han sido
posteriormente reelaborados en forma de textos que el lector podrá leer
en los capítulos de este libro. La primera conclusión, la adelantamos,
es que Juan de Ávila, el hombre y su obra, se prestan a la investigación
desde distintas disciplinas porque todavía es mucho lo que puede
ofrecemos para ampliar nuestro conocimiento sobre el personaje y su
tiempo.
La obra se ha dividido en cinco apartados que, por supuesto,
no agotan los posibles caminos en el estudio, pero que se han
considerado como fundamentales para comprender la trascendencia del tema
planteado. Tras un primer apartado en el que se viene a justificar la
necesidad de abordar el estudio del personaje y su obra desde nuevos
campos de estudio, en el segundo bloque, cuatro autores han abordado a
Juan de Ávila como escritor, y lo han hecho examinando el uso que hizo
de la palabra, tal como la encontramos en sus obras. Unos se aproximan
al estilo propio y reconocible del autor, expuesto en su epistolario o
en sus sermones; otros lo hacen atendiendo a la utilización que Juan de
Ávila hizo de la retórica, siendo -como nos dice uno de los autores de
este apartado- más predicador que retórico; y no falta en esta primera
sección el análisis concreto de alguno de sus sermones, en la búsqueda
de aquellas imágenes retóricas que descubren la tradición en la que Juan
de Ávila se inserta. Tampoco podían dejar de estar presentes los dos
textos del Audi,filia (1556 y
1574), cuyo análisis comparativo es elocuente sobre aspectos de estilo,
pero también de su pensamiento y de su actitud frente al cambiante
contexto histórico en el que elaboró su libro principal.
En el
segundo apartado de esta obra se ha reunido un mayor número de trabajos
(nueve en total) los cuales se adentran en la espiritualidad y en las
reformas que propuso Juan de Ávila en campos tan distintos como fueron
la religión, la Iglesia, la política -ya sea en el ámbito del gobierno o
de la justicia- y la sociedad. En este apartado se exploran algunos
temas y se ponen en práctica diversos enfoques sin que se agoten las
muchas posibilidades existentes. Se dibuja en él un hombre aplicado en
la reforma integral del individuo, tanto en su dimensión espiritual como
en la comunitaria, por lo que Juan de Ávila apela también al
mejoramiento de las instituciones políticas, eclesiásticas y sociales,
como pueda ser, para este último caso, el matrimonio. En este sentido,
el conocimiento de su pensamiento cobra mayor importancia cuando
descubrimos la notable influencia que tuvo en su tiempo entre las
autoridades rectoras de aquel mundo y entre tantos discípulos y
seguidores que extendieron este empeño reformador por distintos espacios
y a lo largo de tanto tiempo. Destaca así su vocación reformadora, pero
son los efectos que esta tuvo en la realidad de su siglo y también en
la del siguiente, ahora de la mano de quienes lo secundaron, lo que dota
a este asunto de un verdadero valor que lo hace problema historiable.
En
estrecha relación con esta cuestión, en el tercer apartado se reúnen
ocho trabajos que entran en el asunto de la educación tal como la
concibe Juan de Ávila, es decir, como la vía fundamental e
imprescindible que el maestro emprendió para poner en marcha el
ambicioso proyecto reformador en el que se empeñó. Proyectista
pragmático, Juan de Ávila concibió y puso en marcha un programa que iba
desde la creación de una red de escuelas para niños -los colegios de
doctrinos- hasta la fundación de la Universidad de Baeza, semillero de
hombres capacitados para la acción reformadora, lo que demuestra la
concepción global, integral y ambiciosa de su empeño. Con esto, la
educación se nos muestra como una cuestión principal en la obra del
santo que, además, alcanzó en él y en sus seguidores unos logros y una
extensión destacada. Y en tales empresas educativas, evangelizadoras en
su sentido último, quedaron comprendidos todos, los menores (niños y
niñas), los ministros de la Iglesia y también las mujeres, para lo que
Juan de Ávila concibió métodos y materiales concretos que se estudian en
algunos de los capítulos de este apartado.
Por último, en un cuarto
apartado, con tres capítulos, se entra brevemente en un asunto como es
el que pone en relación a Juan de Ávila con las minorías étnico
religiosas existentes en su tiempo -ya fueran cristianos nuevos de judío
o de moro-, problema al que sin duda no fue ajeno. En esta ocasión son
los moriscos, tema inédito hasta la fecha en los estudios dedicados al
santo, sobre los cuales este extendió también su acción evangelizadora y
reformadora, y cuya existencia ha dejado testimonios rastreables en sus
escritos y en sus empresas. De la evangelización de los cristianos
nuevos de judío, en este caso los de Portugal, se encuentra la presencia
del maestro en sus discípulos, alguno de ellos de la talla de fray Luis
de Granada.
El volumen que presentamos es el fruto del encuentro
científico que tuvo lugar en 2019 en la sede "Antonio Machado" de la
Universidad Internacional de Anda-lucía en Baeza, dicho encuentro no
hubiera sido posible sin el apoyo de diferentes instituciones y la
acogida particular de sus representantes. Nuestro agradecimiento, por
tanto, a la UNIA y a su vicerrectora doña Mª Ángeles Peinado; a la
Diputación de Jaén (Instituto de Estudios Giennenses) y a su diputado de
Cultura don Juan Ángel Pérez; al ayuntamiento de Baeza y a su alcaldesa
doña Mª Dolores Marín; a la Universidad de Jaén, a su rector don Juan
Gómez y a don Felipe Serrano, vicerrector de Cultura; a la Universidad
de Alcalá de Henares y a su rector don José Vicente Saz.
Y por
supuesto, nuestro reconocimiento a todos los académicos que aceptaron
honramos con su asesoramiento como comité científico de aquel
encuentro.
COMITÉ CIENTÍFICO
SANTIAGO AGUADÉ NIETO. Universidad de Alcalá
JUAN FRANSCISCO ALCINA ROVIRA. Universidad de Tarragona.
BERNAND VINCENT. École des Hautes Études en Sciences Sociales de París
RUTH FINE. Universidad Hebrea de Jerusalén
JUAN GIL FERNÁNDEZ. Universidad de Sevilla. Real Academia de la Lengua Española
Mª LUISA LÓPEZ GRIGUERA. Universidad de Michigan
JOSÉ Mª. MAESTRE MAESTRE. Universidad de Cádiz
CARMEN SANZ AYÁN. Universidad Complutense de Madrid. Real Academia de la Historia
ENRIQUE SORIA MESA. Universidad de Córdoba